Ganesha es uno de los dioses hindúes más reconocidos y conocidos. Se le considera el «Primer Dios» en la mitología hindú. Tiene la cabeza de un elefante, un gran vientre y cuatro brazos. Viaja en un ratón y es un dios fascinante que simboliza varios elementos importantes para sus seguidores.
Orígenes
Ganesha es el primogénito de Parvati y Shiva. Sin embargo, no fue concebido tanto por su madre como por su padre. Su madre, Parvati, quería tener hijos, pero su marido no. Según la tradición, Ganesha nació únicamente del deseo de Parvati de ser madre.
Su nombre se puede desglosar de la siguiente manera. «Ga» simboliza el intelecto, o Buddhi, mientras que «Na» simboliza la sabiduría. Es por eso que sus seguidores lo consideran el dios del intelecto y la sabiduría. Su nombre completo se deriva de dos palabras sánscritas. «Isha» significa Señor y «Gana» se traduce como grupo, convirtiéndolo en Dios de las masas.
Leyendas e Historias
Hay muchas leyendas sobre Ganesha que muestran lo poderoso e importante que es un dios. Aquí hay una pareja que todavía se comparten hoy.
Cómo Ganesha se puso la cabeza
La madre de Ganesha, Parvati, quería un hijo, pero su marido no. Decidió formar un niño de la tierra y ponerlo a cargo de la vigilancia de su casa. Cuando Shiva, su esposo, regresó a su casa, se sorprendió al descubrir que se le había negado el acceso a la casa. Se enfureció y en un ataque de rabia cortó la cabeza del niño de su cuerpo. Parvati estaba devastada y Shiva rápidamente se dio cuenta de su error.
Envió a un grupo a buscar la cabeza de la primera criatura viviente que encontró que estaba durmiendo. Sucedió que se encontraron con un elefante dormido. Le quitaron la cabeza al animal y se la devolvieron a Shiva. Lo pegó al cuerpo del joven y lo revivió. Luego lo convirtió en el líder del grupo y declaró que el niño sería adorado por todos.
Hay una segunda versión de este cuento que dice lo siguiente. Parvati dio a luz a un hijo que fue recibido por todos los dioses y diosas. El Dios-Sol, Lord Shani, estaba en la celebración pero se negó a mirar al niño. Parvati le preguntó por qué seguía mirando hacia otro lado y el Señor Shani le dijo que su mirada era tan poderosa que dañaría al bebé. Parvati no le creyó e insistió en que mirara a su hijo.
Lord Shani hizo lo que se le dijo y la cabeza del niño fue instantáneamente separada de su cuerpo. Los dioses estaban decididos a remediar el problema y encontraron la cabeza de un elefante joven para que se uniera al recién nacido, el cual fue entonces revivido.
Ganesha y la Luna
Una de las historias más juguetonas cuenta la historia de cómo la luna tomó la apariencia que conocemos tan bien. Al dios hindú le gustaba comer, especialmente los dulces. Nunca rechazó nada delicioso y a menudo se metía en problemas. El devoto le ofreció una vez un banquete y el dios se quedó todo el día, comiendo más de lo que le correspondía.
Estaba a punto de irse a casa por la noche, pero no sin antes llevarse todo lo que quedaba en la mesa. Estaba caminando lentamente hacia su casa, haciendo todo lo que podía para equilibrar las golosinas que llevaba consigo, cuando tropezó y cayó al suelo. Todo lo que llevaba se esparció y se desgarró la ropa.
Estaba avergonzado, pero rápidamente comenzó a recoger la comida en sus brazos. Miró a su alrededor para ver si alguien se daba cuenta de su caída y vio que la luna estaba alta en el cielo y mirándolo desde arriba. Chandra Deva, la luna, había visto todo el evento.
La luna siempre parecía llena en ese momento y Chandra Deva pensaba que era muy atractivo. Empezó a reírse de Ganesha y se limpió las lágrimas de los ojos en vez de ayudar al dios y asegurarse de que estaba bien.
Ganesha estaba ahora molesto y avergonzado y maldijo a la luna, diciéndole que desaparecería del cielo y que nunca volvería a mostrar su cara. Chandra Deva inmediatamente dejó de reír y entró en pánico. Pensó que el castigo era demasiado duro y le rogó a Ganesha que cambiara de opinión.
Ganesha no podía deshacer la maldición, pero podía disminuir su severidad. En cambio, le dijo a la luna que en lugar de permanecer lleno todo el mes, comenzaría a llenarse y luego desaparecería lentamente a medida que las noches iban y venían. Chandra Deva agradeció el pequeño castigo y se disculpó con Ganesha.
Familia
Es el hijo de Shiva y Parvati. Tiene un hermano llamado Kartikeya. Algunas historias dicen que fue célibe como tributo a su madre, mientras que otras dicen que estaba casado con Buddhi y Siddhi, las hijas de Brahma.
Apariencia
Cada parte del cuerpo de Ganesha tiene su propio significado y valor. Se dice que su cabeza de elefante representa inteligencia, poder discriminatorio y fidelidad. Su colmillo roto muestra su habilidad para superar el dualismo. Sus oídos sobredimensionados significan sabiduría y su capacidad de escuchar a los que piden ayuda. También sirven como un recordatorio de lo importante que es escuchar cuando se trata de discutir ideas y pensamientos.
El tronco curvo de Ganesha representa el potencial intelectual, mientras que el Trishula representado en su frente simboliza todos los aspectos del tiempo (pasado, presente y futuro). Su vientre tiene infinitos universos mientras que significa naturaleza y ecuanimidad. Él es capaz de consumir las penas del mundo y protegerlo del daño.
Tiene cuatro brazos (a veces más, dependiendo de la representación artística) que se dice que representan los atributos internos del cuerpo. Uno simboliza la mente, el otro el intelecto y el tercero el ego. El cuarto brazo simboliza la conciencia.
Debido a que el cuerpo de Ganesha es una copia del esquema encontrado en la carta de Devanagari indicada en el Mantra Bija, se le considera la encarnación de todo el Cosmos. Por eso es tan importante para la religión hindú, ya que simboliza casi todo lo que es importante para los humanos.
Simbología
Ganesha está mayormente atado a la simbología de su cuerpo, pero hay otros símbolos asociados con la deidad. El ratón sobre el que monta representa su humildad y su habilidad para hacer uso de cada área de la mente. El Prasad cerca de su hazaña simboliza tanto el compartir como el dar. También tiene un hacha para recordar a los que le siguen que corten los lazos con los apegos materialistas.